Descripción
Tomar conciencia de la «Realidad Eclesial a la Luz de la Palabra de Dios» no es tan fácil, como podría parecer a primera vista, puesto que cada uno ve las cosas a su modo, según la propia experiencia personal y el contacto directo que tenga con la Palabra de Dios.
De todos modos, «algo es algo, dijo un calvo» (que apenas tenia un pelo en la cabeza). En realidad, más allá de todos los límites posibles, tiene un gran mérito el simple deseo de incursionar en una reflexión, bastante novedosa en el normal quehacer eclesial, preocupado esencialmente por el «que dirán» y obsesionado por la manía de «llevarse bien con todos, para no tener ningún problema con nadie», especialmente con los de arriba, con miras a disfrutar de cualquier huesito que pueda caer de su mesa (con los de abajo, autoritarismo puro).
En el fondo, la presente iniciativa quiere ser un intento de revivir en la Iglesia «el espíritu profético» de antaño, cuando en ausencia de los profetas el pueblo se sentía abandonado por Dios y en su presencia no pensaba que en su eliminación.