Descripción
Sin duda, el sufrimiento representa un gran tesoro, que hay que saber aprovechar. El que sufre con Cristo, se purifica siempre más y se acerca más a él, hasta volverse en una imagen suya, en otro Cristo Vivo presente entre nosotros.
En un mundo dominado por la eficiencia materialista y el espíritu hedonista, el sufrimiento no tiene sentido, es sinónimo de fracaso. Para el cristiano, al contrario el sufrimiento representa el supremo recurso que el hombre tiene para «ser» alguien y «actuar» a favor de la Iglesia y la humanidad entera, siguiendo el ejemplo de Cristo y de los grandes héroes del cristianismo, que son los santos.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.