Descripción
¿Donde estamos? ¿Adónde vamos? ¿Por cuáles caminos queremos llegar? Son las preguntas que tenemos que plantearnos, si queremos parar la actual sangría que estamos sufriendo como Iglesia y salir del bache en que nos encontramos.
Claro, antes que nada tenemos que estar dispuestos a poner todas las cartas sobre la mesa, renunciando a todo tipo de privilegios y aceptando compartir la misión con todo el pueblo de Dios, conscientes de que estamos viviendo momentos excepcionales de nuestra historia y, por lo tanto, necesitamos espíritu de audacia y creatividad apostólica para hacer frente a los retos que se nos presentan.
O nos seguiremos hundiendo. ¿Hasta dónde? Hasta que diga Dios, contestará alguien. No basta que diga Dios, contesto yo, sino hasta donde consientan nuestra flojera y pereza mental.