Descripción
Con este folleto, quiero rescatar el último tramo de la historia de la Iglesia, los últimos cincuenta años, para darnos cuenta de las causas que nos llevaron al actual derrumbre y al mismo tiempo tratar de sondear algún camino que nos lleve a recuperar el terreno perdido, o por lo menos a no perder más terreno, y al mismo tiempo hacer posible hoy el cumplimiento del mandato de Cristo de ir y anunciar el evangelio a todas las naciones (Mc 16, 15; Mt 28, 19).
Con estas historias, quise ver el problema de los pobres dentro de la Iglesia. Me refiero a los catequistas, los diáconos permanentes y las inmensas masas de católicos, marginados, humillados, abandonados y muchas veces explotados por los mismos que se dicen defensores de los pobres. Con la lengua están en su favor, pero en la práctica no mueven ni un dedo para promover a los pobres de carne y hueso, que se encuentran a su alrededor y con los cuales comparten la misma misión evangelizadora.